No encuentro poesía
Si me quedo en silencio,
Tampoco la hay si me quedo estático,
Mucho he arrastrado esta carga
Que necesito sacudirme las letras
Y depositarlas con los recuerdos que queman
En el más abyecto olvido,
( que es quizás donde me debes de haber arrojado)
Necesito recobrar el olor del mar,
Necesito hacerme responsable
Del pedazo de tierra que aún es mío,
Necesito cultivar para poder encontrar la paz,
Necesito descansar,
Necesito el olvido...
No hay sueño que apague esta sed de tu alivio,
No hay roca que me sujete lo suficiente
Para que evite lanzarme una y otra vez al vacío,
Necesito tener la certeza
Aunque sea la de saber que no escucharé
Ni una vez más de tu corazón el latido,
Y así será más fácil:
Acostumbrarme al dolor
De vivir como un cobarde
Refugiado en mi eterno exilio...
No es que esté herido,
No es que sin tu luz no viva en algún mundo jamás concebido,
Ni siquiera es la ilusión superada que me cause el hastío,
Es la falta de valor de encontrarte lejana
Y de no hallarme en tus ojos,
De comprobar que me muero en silencio
Por nada que a tí te haya comprometido,
Por miedo a no ser razón suficiente
Para mitigar la zozobra de tu camino,
Ni una pequeña luz
Capaz de darle un poco de color a tu destino.
Es este silencio que muerde,
Este silencio que mata de a poco,
Que quiebra mis manos
Y rompe mis ganas,
Este maldito silencio
Que pudre mi alma
Este silencio que tanto me sabe a tu olvido,
Definitivamente, no lo soporto...
Me envuelve en furia y locura,
Me mata la vida,
Me llena de ganas de gritarle a la luna
Y reclamarle por mis debilidades,
Mis miedos y mis ansiedades,
Como si yo fuera un crío perdido...
Me pudre este silencio...
Mi cabeza no puede con tanto vacío,
Arrastro palabras que esconden tu noche
En las noches que solo me brindan un estúpido desvarío,
Es más fuerte que la pena misma,
Esta austeridad de ternura, de sensaciones,
Esta carencia de sentimientos,
Fingiendo ante la luz diurna
Que nada pasa... Que todo es un carnaval,
Y que la risa que explota es un llanto ahogado,
Un grito de auxilio al alma,
Una muestra de debilidad, una herida al orgullo,
Y es por eso que prefiero estar viviendo dormido...
Si al final,
De cualquier manera me iba a condenar,
Que no fuera mi propia carne la prisión
Sino el ariete para mandarme a pagar por atreverme
A alcanzar un sueño largamente escondido...
Me pudre este silencio...
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