He aprendido a valorar los momentos cuando puedo mirar al cielo
Son la pausa al mundo en que existo y entre las letras que amo descanso
Buscando leer más de tres palabras tan solo para mi
Pronunciando la melodía que provoca el nombre que me conmueve
Suave brisa de júbilo cuando de buscar la mirada se trata
Dulce ánimo que resta cansancio a mis ojos y suma suspiros
Y los versos se acumulan para diseñar un liviano lecho
Una triste fogata que nunca se apaga por si algún día se necesita quitar el frio
Quizá parezca que quiera llenar el vacío entre mis brazos conmigo mismo
Pero se sabe muy bien a qué viento espero para que me despeine
A qué tonada se sincroniza mi corazón para seguir siendo fuerte
Mientras la vida me adorna esta espera y se fuga como agua entre mis dedos.
Abel, Jimena e Inés
Hace 14 años
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