¿Alguna vez has retado al demonio?
Saboreando cada herida que te provoca
han desechado tu cadáver en el Hades…
cavernoso y mortuorio, olvidado, relegado.
¿Alguna vez has amado una mentira?
Aquella que tu fatua egolatría forjó
creando una falsa imagen de la verdad...
desdeñosa, fría y cruel en realidad.
¿Acaso no sufres por tus propios artilugios?
Si, aquellos juegos que devastan tu vida,
arrancándote el tiempo en medio de la noche...
omniosa, tediosa, cadenciosa y sin razón.
¿Por qué te niegas a ver lo evidente?
Nadie es como lo imaginas...
¿será porque vives en tu propio mundo?...
aislado, dislocado, alocado, confuso.
¿Hasta cuándo te aguantarás a tí mismo?
¿Suicidio? Mejor que el tiempo te asesine,
no vale la pena arriesgarse por la nada...
total, oscura, intrínseca y alterada.
¿Por qué callar lo que sientes?
¿Miedo? Lo peor es el rechazo...
¿Vanidad? ¡Vamos! ¿para qué te sirve el ego?...
aturdido, corrompido, derruído y ruin.
Y todo por que aún no creces,
te niegas a alcanzar el cielo,
sólo tienes lo que te mereces,
porque nada más tú lloras tu destierro.
Corta de tajo el cordón y lucha...
no enarboles banderas ajenas,
es más: ¡fórjate la tuya!
¿o es que acaso te temes a tí mismo? ¡Bah!
Olvida esa futil búsqueda
y enfócate a tu destino,
sólamente tú cargas con tu propio equipaje...
nadie más te ayudará.
Nada más tú velarás por tu muerte,
porque a nadie más le importa:
ni a tu musa, ni a tu dios,
ni a la luna, ni al amor.
Abel, Jimena e Inés
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario