Cuando nadie escuche, la mar deje de besar a la playa, y el sol niegue su abrazo, ahí estaré por tí...
Cuando el timón siga su camino a través de la tormenta sorteando las olas del dolor, ahí estaré por tí...
Pese a que la ausencia nos cubra y el olvido oculte nuestros rostros, mientras un corazón viva, ahí estaré por tí...
Aunque las letras callen, y el polvo cubra los versos, aunque la guitarra enmudezca, ahí estaré por tí...
A pesar del desgaste del calendario, de su hambre de días y su contagiosa vejez, ahí estaré por tí...
Y bien podría continuar... detrás, allá en las sombras, quizá en otra tierra, quizá sembrando en un país donde las hadas tengan otro sabor...
A pesar de la distancia y la maldición que representa, a pesar del cobijo ajeno que protección proporcione, del diamante, el oro, la plata, que se interpongan en el camino, de los sueños que murieron por no haberlos compartido...
A pesar de la espera eterna por un vagón que no existe, de la lágrima y el suspiro que la tinta te ha dedicado, a pesar de lo no deseado y tras probar el sabor amargo de no residir en el reino que tanto has amado, a pesar de mí mismo, cuando la suerte lo requiera o los dioses lo dispongan, ahí... ahí estaré por tí...
Abel, Jimena e Inés
Hace 15 años
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