Sumergido en la íntima naturaleza que alberga tu abrazo, soy uno con tus latidos y su ritmo me arrulla, me abstrae, me somete, pero no me domina, ambos queremos fundirnos pero yo me muevo por el deseo y tú... no sé por qué, no me emocionan los besos pero me fortalece cada contacto, cada toque...
Cada roce, que es como un paso más hacia las sábanas, hacia el vacío, y todo por matar a la soledad, por pasar el rato... porque no hay de qué conversar, calla la lengua pero las caderas hablan mejor, frotándose y chocando, siendo ambos de alma ramera, lobos desatados en rebaño, vampiros de transpiración, sopor de inmundicia moral...
Yo quiero olvidarla y tú, recordarme, quieres atraparme ( ¡qué va!) y me das el fuego de tu hogar, yo ya estoy tan lejos de tí, que ni ahora te puedo nombrar, sólo reconozco tu pasión y mi hedonismo, sólo te agradezco la luz de mi dolor, dolor y placer... decepción y poder...
Abel, Jimena e Inés
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario