Con un cigarrillo y con el último sorbo,
la tinta recorre el área viregen del papel,
plasmando cada letra,
afinando las ideas
y con rebuscada intención
se oculta la verdad en acertijos obvios....
Escondiendo entre los versos
aquello que la nicotina no sabe quemar,
o lo que el vino no puede ahogar,
aquello que el alma padece
y vierte al lenguaje en forma de poema...
¿Acaso no es ridículo?...
Jamás se hallará mayor docilidad
que aquella que regalan las insólitas palabras.
Abel, Jimena e Inés
Hace 14 años
3 comentarios:
Valla que de poetas y locos todos tenemos un poco. . . . jajajaja. Me late la gente que se anima a mas.
Gran verdad, jamás.
Muy auténtica observación,
saludos gatunos!!
Gracias a ambos por sus comentarios.
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