lunes, mayo 19, 2008

Navíos de algodón y carne



Cuando la satisfacción llega a tu cuerpo,
buscas elevarte de alguna manera
y llamas en llanto una parte de tu génesis
para que te embarque en navíos
de algodón y carne,
de canciones y arrullos.


Eres la mar de gestos y exigencias,
eres la alegría y el susto
de jornadas y noches enteras,
por tu respiro hay suspiros,
por tu sonrisa hay festejos,
por tu existencia hay agradecimiento,
por tu mirada hay reconocimiento...


Eres quien dicta las leyes
y el que primero las rompe,
eres tierno dictador de nuestra voluntad,
nuestro más grande anhelo
volcado en nuestros mismos rasgos,
eres quien manda en la casa
y a quien menos se le puede ignorar.


Con juegos y cantos nos llevas de la mano
por los rincones más simples de nuestra vida,
con preguntas y miradas nos llamas,
con fragilidad y ternura nos detonas...

Eres la vida hecha verbo,
nuestra vida más feliz...
y a los mares de sueños y fantasías
en navíos de algodón y carne
con mucha emoción te llevaré.

domingo, mayo 11, 2008

La vieja luna

La vieja luna llegó después de muchos años
y al corazón de tinta etérea preguntó
si había un cuarto para alquilar
en el barrio de su sinrazón...

Por las laderas de la vecindad
que pareciera dibujada por un inocente
brilla y ríe tanto el sol
que la noche poco se asoma
y no se extraña la risa loca
de las praderas doradas
ni de los bosques cansinos...

La vieja luna está en un estante
donde ella misma decidió quedarse,
sus hilos de plata casi extintos
ya no llegan a estas tierras de Dios...

La vieja luna es luna vieja...

Querida y lejana,
hablada, imaginada,
sin mácula recordada,
sin tiempo en su recuerdo...

La vieja luna es luna vieja...
y quizá por siempre
permanezca así...