Agua entre los dedos

He aprendido a valorar los momentos cuando puedo mirar al cielo
Son la pausa al mundo en que existo y entre las letras que amo descanso
Buscando leer más de tres palabras tan solo para mi
Pronunciando la melodía que provoca el nombre que me conmueve
Suave brisa de júbilo cuando de buscar la mirada se trata
Dulce ánimo que resta cansancio a mis ojos y suma suspiros
Y los versos se acumulan para diseñar un liviano lecho
Una triste fogata que nunca se apaga por si algún día se necesita quitar el frio
Quizá parezca que quiera llenar el vacío entre mis brazos conmigo mismo
Pero se sabe muy bien a qué viento espero para que me despeine
A qué tonada se sincroniza mi corazón para seguir siendo fuerte
Mientras la vida me adorna esta espera y se fuga como agua entre mis dedos.

Más estados...

Maldita sea la suerte
Que te trae de regreso a mi mente
Maldita la ocasión
Qué tu ausencia se convierte en canción
Una burla grotesca para mi corazón
Una herida ardiente en mi alma sin razón.
No es agradable esta sensación
Que frustra toda felicidad posible
Porque una parte de mi aún espera
Que sea tu sombra dibujada en mi habitación
La compañía ansiada y plausible
Que mis ansias antiguas contenga.

A veces quisiera odiarte
Pero para eso necesitaría otro corazón
De por si, el que tengo pareciera estar dividido
Pero en realidad está roto y vuelto a pegar
Con Muchas grietas donde mantener tu recuerdo escondido.

Esta tarde he querido gritarte
Que necesito de tu veneno para hacerme el día,
Uno a la vez, y hoy, como ayer,
He sucumbido a la cobardía
De apretar esta pinche melancolía,
Hasta desmayar las ganas
De regalarte mi mundo entero.

Estados

Dulce placer de beber café
Con el ritmo de las palabras impresas
Con la falta de lunas eternas
Con la mirada perdida en el abismo.

Preciados momentos conmigo mismo
Al borde de la taza y el humo
Tranquilidad que de otra manera no consigo.

Epifanía

Apenas puedo dilucidar
Entre la realidad que me abriga
Y la fantasía de ese dolor perpetuo
Que me mueve a remover las palabras.

Es chocante darse cuenta
Que me encuentro fuera del juego anhelado
Porque no sabría a ciencia cierta
Si podría llevar el ritmo de su desempeño.

Que la distancia me protege
De mis propias debilidades
De mis caprichos y mis males.

Que la añoranza nutre mis sensaciones
Que albergo celosamente en la piel
Y en mi corazón.

De repente...

De repente, las ganas de explotar en letras
Ser verso vivo que vibre en tus labios
La dulce melodía que te haga sonreír sin motivo
La frase que dé vueltas alrededor de tu frente
La sensación de cosquilleo en tus muslos
Cuando saboreas el primer sorbo de café.

De repente, el grito ahogado en disimulada indiferencia,
La mirada escondida detrás de las sombras
Apretando el corazón para respetar el lugar
Sonriendo de frente para resguardar el dolor
Callando y omitiendo detalles.

De repente, es un ataque de ansiedad
La dulce mirada de una otredad no esperada
Que cruza mi espalda y me hace sentir
Que día con día este mundo se hace más grande y solitario
Y no quiero flotar en otro espacio que no sea tu abrazo
No quiero sostener otra estrella entre mis brazos que no sea tú.

De repente, quiero quitarme la armadura
Quiero mostrarme tan indefenso, como a veces me siento
Y quiero llorar bajo tu consuelo
Bajar la guardia por un momento para brindarte mi alma en un cáliz de oro
Y mi corazón en bandeja de plata.

De repente... no quiero nada en este mundo...
No quiero nada que no seas tú.

Café

El primer café del año

Tiene sabor a beso amargo

Y el olor que sube hasta mi mente

Me pierde y me aturde de repente

La suave sensación de no pertenecer

A este mundo y a ninguno otro

Que no sea ese lugar feliz

Que se queda encerrado brevemente

En la primera gota de café.