lunes, mayo 19, 2008

Navíos de algodón y carne



Cuando la satisfacción llega a tu cuerpo,
buscas elevarte de alguna manera
y llamas en llanto una parte de tu génesis
para que te embarque en navíos
de algodón y carne,
de canciones y arrullos.


Eres la mar de gestos y exigencias,
eres la alegría y el susto
de jornadas y noches enteras,
por tu respiro hay suspiros,
por tu sonrisa hay festejos,
por tu existencia hay agradecimiento,
por tu mirada hay reconocimiento...


Eres quien dicta las leyes
y el que primero las rompe,
eres tierno dictador de nuestra voluntad,
nuestro más grande anhelo
volcado en nuestros mismos rasgos,
eres quien manda en la casa
y a quien menos se le puede ignorar.


Con juegos y cantos nos llevas de la mano
por los rincones más simples de nuestra vida,
con preguntas y miradas nos llamas,
con fragilidad y ternura nos detonas...

Eres la vida hecha verbo,
nuestra vida más feliz...
y a los mares de sueños y fantasías
en navíos de algodón y carne
con mucha emoción te llevaré.

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