lunes, enero 07, 2008

Juego de enamorados

Es mi casa la misma posada que habita tu alma, mi lecho tu cuerpo abrazándome y asustando de mi lado al frío, mi seguridad es tu arrullo nocturno y tu sonrisa al alba, es mi delirio el buscarte entre las letras que de mi pluma se graban como acto de amor al papel sin tu nombre, sombrío.

Y sin embargo, la calma es un alivio cansado tras la larga sesión que acribillaba mis dolores con nuevas caricias y caminos descubiertos en las rutas que trazábamos en nuestros cuerpos, mi pérdida de la fragilidad a cada paso que me entregaba rendido ante la magnitud de tu propio desprendimiento.

La nuestra vida de alegres oropeles que imaginando en comunión resultaban los sueños que en otrora instancia separada, bebiéramos ahora de la misma copa proclamada y forjada en el supuesto fuego de nuestro idílico hogar.

Penumbras y tormentas han ornamentado nuestras sendas para abrigarnos ahora en el mutuo abrazo y llevarnos entre penurias uno a la mano de la otra, como dos seres que dependieran del toque para sentirse vivos entre la tormenta nívea de una nieve asesina, son tu sonrisa y mis ojos las pruebas fehacientes de una comunión entera entre dos tintas, dos seres, dos libertades que anheladas en otras verdades juntas para siempre ahora están.

Y vivimos, compartiendo las ganas en este juego de enamorados que se tienen nada más, uno al otro como sombras de luz estelar y aquamarinas, endulzadas por un cielo y un hermoso mar, cumbre milagrosa de la poesía en la tierra, que nuestras palabras son como retoños que de nuestra unión son cosechas libres de sentirse dirigidas a nuestros mutuos sentidos y nos hacen vivir con inmensa emoción la aventura diaria de este diario amor.

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