miércoles, enero 02, 2008

Vestigio

Callada y absorta, mirabas la luna nacarada, pensando en la isla de tu alma, por compañía la tristeza y por confidente un gato, nunca te vieron llorar, tu pulso vacilaba, y de la vida sólo renegabas...

Estabas harta de tanta cordura, el cinismo te vistió con su sonrisa, los recuerdos se te escurrían en forma de suspiros profundos, entonces fué que decidiste cantar a la luna, romper el llanto con la tonada, desde el fondo de tu melancolía, la canción se convirtió en arrullo, y tu voz en himno a la soledad...

Desde aquella noche siempre te escucho, llamando un nombre que bien sé, mío no es, ni hoy, ni nunca, pero tu voz siempre escucho, tu canto siempre sigo y ahora no existes, sólo eres sonido en mi mente, ajena a mi realidad, pero dueña de mi fantasía...

Por eso, desde aquella noche muero poco a poco, dejando un pedazo de vida en cada día y rincón, escuchando tu canto, endulzo mi muerte y acumulo tu tristeza en un corazón dañado por el silencio de mi destino y la nostalgia de tu vestigio...

No hay comentarios: