miércoles, enero 02, 2008

Y yo a ti te quiero...

Y yo atí te quiero, como el alma que me protege de la lluvia maldita de los acertijos asesinos que se abordan en mi camino de luz y sombra....

Es la palabra de tu imagen retórica que me acaricia los sentidos y me hace temblar de emoción al saber que en algún lado un corazón late al arrullo de las hadas en mi cabeza...

En la cima de la alegría se forja nuestra leyenda, quizá con tinta púrpura y terrena, pero las palabras que la componen al cielo habrán de llegar para deleite de los divinos, de los mismos demonios celestes que cuidan las pesadillas de quienes entre sus palacios viven...

Entre las olas de un mar embravecido se escucharán los cantos de los tritones que llaman a sus amantes en nuestro honor, en honor de este amor, a veces en lágrimas forjado, pero fortalecido por la presencia de dos, el agua y el cielo, la tierra y el trueno....

El rugido de los demonios oscuros que se visten de traidores, nos observaran hirviendo en la cólera que les resulta su incapacidad de amar, estrellándose en un firmamento que les repele porque sus palabras y sus acciones son veneno para los que a su lado viven...

Celarán nuestra existencia, porque el amor moroso que poseen no les da más que oscuras situaciones, pudren a su objeto amado y desdeñan el cariño de quienes les quiere redimir, los demonios recelosos manejarán los hilos para ocasionar desgracias sin saber que serán esos mismos hilos los que estrangulen algún día su propio cuerpo...

A veces las almas tortuosas se visten de ángeles para atrapar a quienes de su existencia ignoran, odian la indiferencia y se presentan como espectáculos de fenómenos para deleite de sus perversiones oníricas, no soportan el silencio, porque su propio corazón les repugna en su cimiente...

Es por ello, que las historias de un amor plagado de mar y de cielo les provocan duelo... no soportan la felicidad cosechada en otra patria que no sea su suelo estéril y triste... es por ello que nuestra historia les colmará de infierno y no sabrán sino generar desgracia para quienes con ellos comparten el universo.. a esos demonios ni el exorcismo del amor les salva... y ellos mismos se condenan...

Hoy he decidido rezar por ellos...

Tristeza por un rezo que resulta inútil...

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